En Manhattan, donde el tráfico y la falta de espacio complican las entregas, Amazon ha adoptado un sistema único: los “walkers”, repartidores que entregan paquetes a pie desde camiones logísticos distribuidos por la ciudad.

Estos walkers recogen lotes de pedidos en hubs urbanos y se desplazan caminando o con carros especiales por las calles, lo que permite evitar atascos, reducir emisiones y agilizar la entrega en zonas de alta densidad. El modelo mejora la velocidad de reparto en la última milla y demuestra cómo la logística urbana evoluciona hacia soluciones más sostenibles y eficientes.
